Su lucha por la supervivencia:

Con una herida profunda en la cabeza, la pierna derecha amputada y sin comida ni agua, Arteaga luchó por sobrevivir durante 10 días en la jungla. Afirma que Dios lo protegió de animales salvajes y espíritus malignos, enviándole ángeles y proveyéndole alimento de forma milagrosa.

Un rescate inesperado:

Un grupo de rescate finalmente encontró a Arteaga. El hedor de los cadáveres se había contenido inexplicablemente por un arco iris que Dios había puesto cerca del lugar del accidente. Los rescatistas también presenciaron la presencia de un ángel y buitres que solo bajaron a alimentarse de los cuerpos después de que Arteaga fuera rescatado.

Recuperación y un nuevo propósito:

Arteaga se sometió a nueve cirugías y pasó nueve meses en el hospital recuperándose. A pesar de las 12 razones por las que los médicos aseguraban que no debería estar vivo, Arteaga se aferró a su fe en Dios y al Salmo 91:3. Cumpliendo un pacto hecho con Dios, renunció a su trabajo y se convirtió en evangelista para compartir su testimonio con el mundo.

Conclusión:

La historia de Carlos Arteaga es un poderoso testimonio de la fe, la esperanza y la supervivencia. Un relato que nos recuerda que incluso en las situaciones más extremas, el poder de Dios puede obrar milagros.